viernes, 15 de diciembre de 2006

Arjona en el país de Arjona

Era un domingo en la tarde la lluvia caía suave pero persistentemente en la ciudad de Guatemala, acabábamos de ver un partido de Fútbol por televisión con mis amigos y nos fuimos a tomar unas cervezas a Cuatro Grados Norte la conversación giro alrededor de mujeres el deporte y la política.De pronto pregunte a mis amigos que les parecía que Arjona rompiera el record de conciertos en Argentina rápidamente mi amigo Ricardo contesto – El record no es de Arjona sino de Chespirito con la obra once y doce.- Yo conteste: -Ya sé pero estoy hablando de conciertos no de teatro.- Mi amigo respondió:-¿Cómo te atreves a comparar a Arjona con Chespirito?- La conversación empezó a ponerse extraña no es que comparara, aunque ellos insólitamente empezaron a verme, sin decírmelo, como un imbecil, e idiota por comparar, según ellos a el cómico mexicano con el cantautor guatemalteco. Me pareció rara la forma de siempre, por parte de la mayoría de guatemaltecos de minimizar los logros de un compatriota afuera del país; en este país somos expertos en hacernos pedazos nosotros mismos, en hacer pedazos al prójimo, quizás porque nos falta identidad y amor propio dos cosas que seguramente la dictadura militar (42 años) y la guerra civil (36 años) nos arrebataron.Debo decir que a mí en lo personal no me gusta la música ni las letras de Arjona. Las letras me parecen cursis, y las melodías repetitivas. No tengo un solo disco de el y nunca lo tendré, pero el hecho de lograr un record en el Luna Park me parece mas que notable. Arjona ha hecho lo que pocos compatriotas han logrado: Poner a Guatemala en el mapa. Aún recuerdo cuando Miguel Ángel Asturias Salía a relucir en alguna plática familiar mi abuela se apresuraba a contar como el premio Nóbel le pegaba a la mujer y como se emborrachaba, cosas según ellas constatadas pues coincidieron con la familia durante su exilio en México. Pero que nada tenían que ver con su genial capacidad como escritor.Una amiga me decía: -Ala gran! Fíjate que fui a Cancún y fuimos a unas ruinas mayas muy lindas que hay allá; -¿porque será que aquí en Guatemala no tenemos ruinas así?- Me pase una hora y media explicándole que los mayas tuvieron sus orígenes aquí en Guatemala. Las ciudades mas espectaculares, los centros urbanos mas importantes, están aquí en el departamento del Petén; que además es considerado el pulmón mas importante de América después del amazonas. Ella pensaba que aquí no había tanto legado maya, que había mas en México. Le explique que ellos tienen muchos recursos para restaurar lo poco que tienen, y nosotros pocos recursos para restaurar lo mucho que tenemos. Aún así Los mayas son afortunadamente más guatemaltecos que mexicanos. Ella no conoce Tikal personalmente, es, hay que decirlo, una mujer joven que se crió en sabanas de seda y que se sabe mejor la historia de la guerra de secesión gringa que la historia de Guatemala, y que conoce mejor Miami que la Antigua Guatemala.El desconocimiento, la ignorancia, el malinchismo, son comunes en todas las clases sociales de la sociedad sectarista guatemalteca. Aún recuerdo octubre de1992, yo estaba empezando la secundaria, días después de que se le diera el premio Nóbel a Rigoberta Menchú: –Esa india maldita no se lo merece.- Ese era el comentario de casi la mayoría de mestizos y criollos, era casi una afrenta que alguien que había (Según ellos) desacreditado al país recibiera el máximo galardón. Rápidamente nuestra oligarquía criolla postulo a la señora Elisa Molina de Sthal dama altruista de “buena familia”, al mismo premio. Años después acabada la guerra luego de las investigaciones para recavar la verdad en el conflicto, los guatemaltecos, nos dimos cuenta que lo que al principio se llamaba descrédito al país por parte de Menchú era la realidad: Doscientos cincuenta mil asesinados, durante el conflicto el noventa por ciento asesinado por la dictadura a la cual la oligarquía dio pecho, cuarenta mil desaparecidos, mas del cincuenta por ciento de los registrados mundialmente en las cortes internacionales, un genocidio en contra de la población indígena, ocurrido con auspicio y financiamiento de estados Unidos, discriminación racial (que continua hasta el día de hoy) y la miseria extrema que cada día es mas grande.Yo me siento orgulloso de Guatemala de haber tenido la dicha de nacer aquí en la cintura de América. Me siento orgulloso de que fuese aquí donde se encontrara el Popol Vuh y que fueran nuestros indígenas Mayas Quiches quienes lo redactaran. Me siento orgulloso de aquí exista la única obra de teatro precolombina creada por los caqchiqueles; otra de nuestras 23 etnias originaria de esta tierra Me siento orgulloso de Rafael Landivar, francisco Marroquin, nuestros escritores coloniales que trascendieron allende de nuestras fronteras. Orgulloso de la monumental cultura maya e indígena que corre en las venas de TODOS, y que tristemente tantos desprecian repugnan y reniegan. Me siento orgulloso de la grandeza de Miguel Ángel Asturias Nobel de Literatura, de Rigoberta Menchu, Nobel de la paz, de Tito Monterroso Premio literario príncipe de Asturias. Orgulloso de Manuel José Arce dramaturgo famoso en Francia, pero perseguido político acá y escritor casi desconocido en su propia tierra, me siento orgulloso de Luís Cardoza y Aragón poeta que marco época exilado como tantos otros en México. Orgulloso de Mario Monteforte Toledo, escritor admirable, orgulloso de haber tenido la revolución del 44 la década de la primavera, a la cual el ejercito traidor la oligarquía y los gringos pusieron fin para entrar al oscurantismo orgulloso de pertenecer a la tercera universidad de América la universidad de San Carlos la mas importante de Centro América (Aún, a pesar de la campaña de descrédito) y la institución que mas resistió a la dictadura.Pero aún mas allá de esta lista, que podría ser infinitamente más grande, me siento orgulloso de la gente más humilde, la que es mayoría en Guatemala, la que se quita el pan para dártelo a vos. Esa gente que se levanta a trabajar al alba y termina de trabajar al anochecer. Las personas de las que mas he aprendido en mi vida pertenecen a esta clase de gente sencilla, de gente que no aspira a tener una mansión en Miami, o cualquier sueño consumista de esta sociedad “global” mezquina, que pone sucias etiquetas de precios a los sueños. Es por eso que me pudre el desprecio de mis compatriotas por otro compatriota, porque al hacerlo están despreciando a Guatemala entera, y sin saberlo a si mismos. No importa si este es Arjona, o un ilegal anónimo que ha tenido que emigrar para buscar un futuro mejor en otro país en otra cultura. Es por eso que odio, que nosotros los guatemaltecos, muchas veces por ignorancia, otras por mezquindad no valoremos esta tierra, esta patria. Detesto aquella frase asquerosa conocida por casi todos los hispanos parlantes de “Pasamos a Guatemala para meternos en Guatepeor” que he oído desde las novelas mexicanas, hasta los programas argentinos deportivos, irrespetando nuestro nombre. Guatemala no es cualquier nombre no es un nombre inventado y el nombre se lo dieron los indígenas mexicas que venían con los conquistadores “Tierra de Árboles” en lengua Nahuatl, es un nombre que brilla de grandeza aunque nos tapemos los ojos para no verla a nuestro alrededor en la mujer indígena que ha sacado adelante a sus 9 hijos sola, en el campesino que se rompe la espalda en la tierra bendita donde se da cualquier raíz cualquier fruta cualquier vegetal aunque supuestamente sea exclusivo de un lugar extraño extranjero, no somos cualquier país el conflicto el sectarismo el consumismo el malinchismo nos han hecho ciegos y al no ver la grandeza de nuestro pueblo humilde de nuestros compatriotas sencillos nos hemos minimizado nosotros mismos.Mientras Arjona rompía records en el Luna Park, en la lejana y culta Argentina; yo, meditaba en escribir esto. Algo toco un nervio dentro de mi en aquella charla de domingo, en la lluviosa tarde con mis amigos, encaminados todos a emborracharnos. Días después de esa lejana plática desempolvaba los libros de Asturias para volverlos a leer después de mucho tiempo de no hacerlo “El Papa Verde”, “El Señor Presidente”, “Leyendas de Guatemala”. Un Sábado justamente estaba leyendo “Leyendas de Guatemala,” cuando sonó mi celular uno de mis amigos de la reunión de aquel domingo al atardecer me pedía que sintonizara un canal de música por cable, lo puse, era un documental justamente de Arjona en la Argentina. Lo que mas me impresiono fue la invitación que Arjona le hizo a unos músicos callejeros que compartieron con el cuando el era uno de ellos, en su pasado previo a los discos de platino. Su pasado de músico urbano, callejero, limosnero, habían sido sus compañeros en el Bueno Aires de principios de los noventa. Los invito a tocar con el en uno de los tantos conciertos en el Luna Park lleno a reventar, los músicos callejeros, que sobreviven de lo que el transeúnte les da; tocaban y cantaban con Ricardo Arjona en el marco de un publico bonaerense emocionado. Como dije uno aprende más de la gente humilde, de la gente sencilla, creo que Arjona lo sabe.Viendo ese documental me percate de que el tal Arjona es tal vez un buen tipo, sencillo, quizá una persona autentica, que ha sobrevivido al éxito, y debo decir que me dio orgullo que un chapín moviera tantos sentimientos y tantas personas, tan lejos. Me sentí orgulloso, lo reconozco. Al final sonreí ; mientras miraba el documental porque a pesar del orgullo que sentía me percate: Su música me parece aún una porquería

1 comentario:

Demian dijo...

Manuel, es grato encontrar gente que piensa parecido, sobre todo si es tan lejos. Soy argentino y vivo en Buenos Aires y la verdad que veo que compartimos una opinión similar. En argentina, somos especialistas en odiarnos a nosotros mismos aunque nos mostramos como los mejores (algo que realmente odio), pero entre argentinos lo único que decimos es "este país de mierda...". No valoramos lo que realmente hay que valorar, creemos que el éxito es una camioneta de doble tracción o un coche alemán. Durante los 90, un gobierno de derecha (Carlos Menem) destruyó la educación pública y gratuita, la salud pública y gratuita que aún así defendimos en la calle... Pero ya era tarde. El trabajo de destrucción sistemática de nuestra cultura y nuestra sociedad, fue socavando a toda una generación de jóvenes, de industrias nacionales que cerraban para darle lugar a baratísimas porquerías importadas, de universidades públicas que aún continúan luchando contra el avance de los poderosos.
Agradezco y me halaga que hayas utilizado el adjetivo "culta" para referirte a mi país... me gustaría coincidir pero no puedo. Desde la dictadura militar instaurada en 1976 y que duró hasta 1983 (dejando 30mil desaparecidos), Argentina no es la misma. llevamos 30 años de un alineamiento inútil y vendepatria con los Estados Unidos que sólo nos ha traido hambre, ignorancia, muerte, violencia y dolor. Hoy pareciera que el rumbo quiere mejorar, pero la hermosa ciudad en la que vivo... ha elegido nuevamente a la derecha para que la gobierne. LAMENTABLE... un retroceso durísimo. Fuimos un país que creyó en la cultura, en el arte y la educación. Creimos en el acceso irrestricto a dichas cosas, sin distinciones sociales ni económicas. Creimos, pero muchos han dejado de creer. El poder de la industria cultural Yankee nos destroza, los gobernantes alineados con Estados Unidos nos condenan y ya nos condenaron a la ignorancia y el hambre.
Tenés razón con respecto a Arjona, es horrible... y el público que llenó en muchas ocasiones el Luna Park, no es lo que aquí se considera culto, sino al cotrario, es el público cursi. Es un problema del mercado que impone sus reglas... Arjona es más famoso que Rigoberta Menchú, y eso es triste. Quiero decirte que tengo el agrado de haber leído el Popol Vuh y es realmente increible. Quiero decirte que coincido, que es hora de defender lo nuestro, lo verdaderamente nuestro. Un saludo grande desde Argentina.

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